Llora sin miedo porque será la última vez
que lo hagas,
llena tu copa de lagrimas y mézclalas con el vino que te sirvo,
escupe los cristales de sal que lloraste,
y traga el caldo que resta.
Será esta manera la única en que podrás olvidar,
todo lo que te rodea y todos quienes te acompañan.
Porque recuérdalo,
sin miedo,
esta es la última vez.